Integración de la I+D+i
La toma de medidas preventivas para reducir la expansión del virus han sido transversales a todos los estratos socioeconómicos e industriales de nuestra sociedad, dividiendo las actividades económicas en esenciales y no esenciales. Las actividades no esenciales se han visto abocadas a un cierre prolongado hasta que los datos epidemiológicos han permitido su reapertura. Durante esta pandemia se han identificado varios “cuellos de botella” que han dificultado su gestión, entre los que se encuentran el suministro de kits diagnósticos, el desarrollo y distribución de vacunas, así como los tratamientos para el COVID-19. La generación de conocimiento nutre al menos los dos primeros aspectos. En esta sección se analiza la contribución que el tejido de Investigación, desarrollo e innovación vasco podría aportar para afrontar mejor futuras emergencias sanitarias de este tipo. Nos referiremos al tejido de investigación como un concepto amplio que abarca el I+D+i de centros de investigación y tecnológicos, universidad, sector industrial biotecnológico y biosanitario. Como éste ha presentado un comportamiento desigual a nivel internacional, nos centraremos en la CAV con respecto a aspectos esenciales de gestión de la ciencia:
Operatividad y continuidad de las líneas de investigación. El tejido de investigación ha seguido un procedimiento de operatividad comparable al resto de las áreas consideradas no esenciales en nuestra sociedad. Salvo excepciones principalmente adscritas al ámbito sanitario, no ha habido una adecuación a las características de las entidades de investigación, ni a las consecuencias de dicho cierre. Únicamente unos pocos laboratorios han mantenido una actividad residual con la justificación de desarrollar trabajo relacionado con la respuesta a la pandemia. Pero en general:
- El cierre de los centros de investigación/tecnológicos y universidades ha sido abrupto, con un muy reducido tiempo de preparación para minimizar el daño sobre las líneas de investigación en marcha.
- El ritmo de reapertura de las entidades de investigación ha sido altamente asimétrico, con centros que han reiniciado su actividad con un plan adaptado a la pandemia en un periodo corto (menor de 2 meses) y otros que no han reabierto hasta varios meses después.
- Los y las investigadores con becas y contratos competitivos en centros de investigación/tecnológicos y universidades han carecido de una respuesta temprana para compensar la parada de su actividad investigadora. En algunos casos estudiantes investigadores en su último año de contrato no han podido disfrutar de prórrogas para paliar el efecto de la pandemia en su formación.
Explotación de los recursos tecnológicos provenientes del tejido de investigación. La mayoría de las entidades de I+D+i han puesto sus recursos y capacidades personales y materiales al servicio del Gobierno Vasco a través de diferentes iniciativas. Sin embargo:
- No ha existido un plan de respuesta a la pandemia que cuente con la capacidad analítica de dichas entidades.
- No se ha desarrollado un plan temprano de acreditación específica en el contexto de este estado de alarma que habilite a entidades que desarrollan I+D+i a contribuir a tareas de detección del coronavirus, con los criterios de calidad, especificidad y sensibilidad que el sistema de salud requiere. Ni tampoco en lo relativo a la producción de materiales o instrumental esencial durante la pandemia (e.g. mascarillas, fungibles para el diagnóstico).
- No se ha elaborado un protocolo para la gestión y transporte de muestras que, asegurando la confidencialidad del proceso, permita la externalización de los análisis a centros de investigación con capacidades técnicas y de bioseguridad para llevar a cabo dichas tareas.
Propuestas
De forma general, y con el objetivo de explotar los recursos de investigación, desarrollo e innovación de los que disponemos, es primero necesario explicitar la función de la ciencia en nuestra sociedad. La investigación es un componente esencial en respuesta a los problemas principales de salud en su conjunto, incluido las emergencias sanitarias.
Para ello debería engranarse un sistema de comunicación entre el tejido de investigación y los departamentos correspondientes en el Gobierno Vasco que aseguren que los recursos tecnológicos e intelectuales quedan a disposición del sistema de salud.
Asimismo, se debería impulsar el desarrollo de planes de emergencia en el tejido de investigación que aseguren la continuidad de la I+D+i con el fin de que el progreso intelectual y tecnológico no se vea mermado.
En base a los aspectos arriba mencionados, sería necesario y urgente:
Crear un Comité Científico-Técnico Asesor que analice las iniciativas de I+D+i prioritarias y disponibles para responder a necesidades urgentes. Es crítico y necesario identificar las figuras clave en la comunidad científico-técnica, en el sistema sanitario y en el sector de gestión de la I+D+i que lo integren. De modo que dicho comité pueda ponerse en funcionamiento de un modo ágil y rápido ante una emergencia sanitaria.
Establecer un canal de comunicación entre el Gobierno Vasco y este Comité Científico-Técnico Asesor para asegurar la correcta canalización, gestión y adecuación de propuestas referentes a la respuesta a la alarma sanitaria por parte del tejido de investigación de Euskadi.
Crear un protocolo de apertura de los organismos que forman parte del tejido de investigación vasco adaptado a sus procedimientos y capacidades de bioseguridad, designando la investigación como actividad esencial.
Elaborar un procedimiento de acreditación y habilitación de centros de investigación y tecnológicos, universidades, empresas del sector biotecnológico y biosanitario para el apoyo a la labor asistencial del sistema de salud en situaciones de emergencia sanitaria. Sería imprescindible el desarrollo de protocolos que aseguren la calidad de las metodologías desarrolladas para su uso en la clínica.
Desarrollar un protocolo de gestión, transporte y codificación de muestras que permitan el apoyo a la labor asistencial por parte de entidades de investigación sin vulnerar aspectos de confidencialidad y trazabilidad del material biológico.
Establecer un protocolo para la acreditación habilitación de empresas de I+D+i que acelere los trámites administrativos para que se explote e impulse la capacidad de diseño y fabricación avanzada en Euskadi. Se considera que correspondería al Comité Científico-Técnico Asesor identificar las necesidades de diseño y fabricación de materiales, dispositivos y herramientas un modo rápido, dinámico y eficiente.